Guía de cómo degustar un buen habano
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Cómo degustar un buen habano

No hay evento que se precie para un sibarita, que no se corone con la degustación de un buen cigarro puro: desde una buena competición automovilística (por huir del extendido deporte “rey”), a los ya clásicos bodas-bautizos-comuniones. El cigarro pone el punto (final ó seguido) a una excelente jornada.


Sin embargo, todos hemos visto cierta heterodoxia en lo referente a la preparación, encendido y degustación. Pues bien, para que en la próxima ocasión, demuestres a tu “cuñado” lo avezado que estás en estos menesteres, esperamos que las siguientes líneas sean de utilidad y sobre todo, que cuando degustes el próximo habano, lo hagas al máximo.



Anatomía del cigarro

Tenemos que tener claramente identificadas, las diferentes partes de un cigarro



Vamos a dividir en tres secciones: Cabeza, Cuerpo o tercio medio y pie.


A la longitud del cigarro le denominamos "cañón", mientras que cuando hablamos del "calibre" nos estamos refiriendo al grosor, que viene indicado como 1/64 partes de pulgada. Así un calibre 50, sería 50/64 pulgadas (0.78) que si lo convertimos a milímetros, es un diámetro de 19.84mm.


En la cabeza nos encontramos la perilla y la anilla. Es la parte final del cigarro y por donde se fuma.


Seguidamente tendremos el cuerpo, que es la parte central y casi podemos decir que el alma del habano.


Por último, nos encontramos el pie, que es por donde comenzarás a encenderlo




Selección del cigarro


La primera gran decisión a la que te vas a encontrar, en esto de iniciarte en el mundo de los habanos, es saber que puro te vas a fumar. Podríamos decir que las combinaciones son casi "infinitas", ya que como irás descubriendo hay distintos tamaños y vitolas, que emplean diferentes combinaciones de tabacos y que por lo tanto le confieren diferentes sabores. Lo irás descubriendo a medida que vayas avanzando en el mundo del habano.


También debes saber, que comoel vino, es un producto que se añeja y que por tanto, los buenos habanos bien añejados, suelen estar más ricos. Además que en la caja suele poner su fecha de producción, igual que en las botellas de vino, los podrás identificar por tener un color notablemente más oscuro que uno más joven.

Lo que sí es importante, es que sepas que básicamente hay dos grande grupos de cigarros, los parejos y los figurados.


Dentro de ambos grupos, te encontrarás diferentes vitolas, orígenes, tipos de cigarros, etc. Cada uno tiene su propia personalidad. Te recomendamos que los vayas descubriendo con paciencia, y que sepas apreciar las diferencias entre ellos.


Parejos, aquellos con sus lados rectos y la perilla redondeada.



Figurados, nos referimos al resto de formas que no mantienen esa simetría, como puede ser una pirámide


Ahora que ya sabes las principales partes del cigarro, vamos comenzar con su preparación.



Encendido del cigarro


Seguramente, estarás pensando que nos hemos equivocado y que primero hay que cortarlo. Es cierto que es lo más habitual, pero no por ello lo que más satisfacción te va a reportar. Lo cierto es que si comienzas el encendido sin cortar el habano, las hojas que forman el pie y que suelen ser las más sabrosas, dejan todo ese sabor en la cabeza. Es por ello que cuando lo cortas y comienzas a dar unas caladas, estás seguramente serán las más gratificantes.


Para el encendido puedes utilizar cerillas o mechero, pero nunca de gasolina o te arruinará el sabor. Un buen truco es el de utilizar las láminas de cedro que vienen en las cajas, y hacer con ellas astillas.


Comienza con el tueste del pie, procurando que tenga una combustión homogénea. Para ello, coge el cigarro y calienta el pié con unos 45º de inclinación con respecto al mechero o cerilla. A la vez, ve rotando el cigarro, y así te asegurarás que ese calentamiento es uniforme.

Continúa calentando el cigarro, hasta que veas que empieza a arder. Si es necesario sopla ligeramente el pie y agítalo un poco, para que vaya prendiendo por sí mismo. Comprueba que el encendido es uniforme y evita que se formen molestas uñas. Además te asegurarás que no haya zonas que ardan más de lo necesario.


Corte del cigarro


Lo ideal es usar un cortador. Introduce el cigarro y corta la perilla del cigarro, no deben ser más de 2-3mm. En el caso de los figurados ese corte debe rondar las 6-7mm. En cualquier caso, ten cuidado, la mayoría de gente corta demasiado su cigarro, y convierte el placer de fumar el cigarro en una experiencia poco gratificante, debido al gran paso de humo y calor. Una vez lo hayas cortado elimina todos los residuos.


Puedes utilizar cortador (de “guillotina”, el más utilizado por su versatilidad en cualquier tipo de puro; en “V” y el “punzón” sólo valido para cigarros parejos). También puedes utilizar, por necesidad o gusto, el clásico mordisco.





Comienza a disfrutarlo


Realiza las primeras caladas, evitando que salga por la nariz, y saborea el humo manteniéndolo unos segundos en tu boca. Tómatelo con calma y trata de saborear y oler los diferentes matices con los que te vas a ir encontrando.

Ten presente que el sabor y la intensidad de un habano, va a ir variando a medida que evoluciona la fumada.

La primera parte, la que corresponde al pie, va a ser la mas suave y con los sabores más dulces. Seguidamente, y según avances hacia el cuerpo, notarás como el sabor y la fortaleza se va corrigiendo. Como te mencionaba anteriormente, es el alma del habano. Por último llegarás a la cabeza, y aquí no sólo la fortaleza, también el calor se hará muy presente.


Vete observando cómo se forma la ceniza. Un buen cigarro, te permitirá tener una ceniza compacta y bien formada. No hace falta que pegues golpes secos como a un cigarrillo. Simplemente con que toques levemente el cigarro o lo apoyes en el cenicero, será mas que suficiente para que te desprendas de la ceniza.


Si has seguido estás recomendaciones, habrás podido disfrutar largo rato de tu cigarro.


Dale el final que se merece. No es necesario que lo aplastes contra el cenicero, ya que producirás mal olor. Dale el descanso que se merece y deja que él mismo se vaya consumiendo. Ha sido tu compañero de batallas y no se merece menos!


Supongo que echarás en falta algo, el maridaje. Y es que, la experiencia de saborear un buen cigarro, no es la misma sin acompañarlo de su correspondiente maridaje. Hay múltiples opciones en función del cigarro y de los gustos. Aquí te proponemos algunas: Whisky desde un bourbon más dulce como Jack Daniel’s Single Barrel a un malta como Dalmore 12 años; Ron Havana Club Selección Maestros, Zapata 23 años o Arechabala 140 Aniversario; Cognac como Louis XIII, etc.


Espero que lo disfrutes, ¡sibarita!


 
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